Título de La Nación - 26/07/2024 19:20:05

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“Volver a nuestra mirada primitiva”. La experiencia inmersiva con cielos diáfanos, mínima presencia humana y silencio total

PAMPA DEL LEONCITO, San Juan.– Por la noche la Pampa del Leoncito brilla. El cielo que la cubre es considerado uno de los más diáfanos del mundo y la Cordillera de los Andes, aquí llamada de Ansilta, es un blanco paredón puntiagudo que sostiene el manto celeste encendido, con 300 noches al año libre de nubes. A los pies de esta geoforma cenicienta de 20 kilómetros de largo por 10 de ancho, no crece nada orgánico: apenas se ven tres domos en la perfecta oscuridad natural. “Soy el protector del silencio”, dice con orgullo Sebastián Marasco.

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